miércoles, 21 de marzo de 2007

Sweet Home Valencia

Y es que tras cinco semanas de Erasmus, un servidor echaba de menos su tierra (Valencia, que en días como los vividos, no se sabe ya si es adoptiva o no).
Pero sobre todo la echaba de menos a ella, su sonrisa, los paseos hablando que se tornan si cabe mejores en dias de Fallas, entre el gentío de una ciudad con más vida que algunos países enteros. No quiero señalar...
Las Fallas siempre habían sido nuestras fiestas, y este año no ha sido menos. Nou Campanar, Na Jordana, El Pilar, Convento Jerusalén, Exposición, Cuba-Literato Azorín, y muchas otras de menos renombre pero igual encanto han sido destino de nuestras salidas y objeto de admiración.


Mascletás y Castillos, verbenas, Nit del Foc, chocolate con churros o buñuelos, comidas con buenos amigos y familia, bocadillos (ojo, que no sandwiches), tapas, petardos y esa sensación en los piés al llegar a casa y descalzarse han formado parte de mis primeras vacaciones del presente año (excluyendo, claro está, las pocas que han ocupado anteriores entradas de este blog).


Unas Fallas más esperadas que ninguna de las anteriores y que empezaron un viernes por la mañana con un ramo de tulipanes en la mano y han acabado con un sabor de boca insuperable.

Y para que así conste, por aquí dejo colgadas algunas imágenes.

2 comentarios:

Vane dijo...

jajajaja, has visto más fallas que yo, hay que ver... mmm... ¿io2?

Anónimo dijo...

Bienvenido a casa Diego, la verdad es que cada año por estas fechas digo lo mismo... Me encantan las fallas... desde fuera de Valencia... Sin embargo, debe ser miedo a la nostalgia que uno podría sentir lejos del ruido, de las verbenas, de los whiskitos con los amigos, de la pólvora, de la fallera más tierna del mundo quizá, que no puedo ejecutar mi plan, ésa huida hacia adelante que prevenga mi salud... Y busco en la noche lo bonito de éstas fiestas...

Y cada día 19 me recuerdo que ni un año más aquí, sin embargo echo de menos el ruido, las verbenas, los whiskies con amigos y la pólvora, y sólo un beso acompañado de una sonrisa de una fallera que me regaló una flor por la ofrenda me devuelve a la vida, ya sin las fallas, que disfruto en mi tierra!